INTRODUCCION
¿Qué son los pactos?
Son eventos solemnes mediante los cuales Dios
determina sus relaciones con los hombres y el desarrollo de la historia.
Desde el principio todas las relaciones de Dios con el hombre fueron puestas bajo pacto, y ninguna relación de Dios con el hombre está
fuera de los pactos de Dios. Se puede afirmar que los pactos de Dios son decretos que
establecen las condiciones en o bajo las cuales sus criaturas, en
especial el hombre, ha de vivir en relación con Dios. El estudio de
los pactos es el estudio de la relación de Dios con los hombres. La Biblia nos
habla de siete pactos en los cuales Dios enmarco sus relaciones con los hombres
y el desarrollo de la historia. Estos pactos son:
1.
El pacto Adámico. En este pacto Dios
delega la mayordomía de la tierra al hombre y determina las
condiciones bajo las cuales ha de ejercer esa mayordomía.
2.
El Pacto de Redención. Este pacto es la
determinación de Dios de salvar a un
remanente del género humano. En él Dios
determina las condiciones bajo las cuales la salvación ha de ser realizada. Este
pacto está conformado por el pacto de mediación o mesianico y el pacto de
gracia. De este pacto se derivan los cinco siguientes pactos:
3.
El pato Noetico: En este pacto Dios garantiza la subsistencia del mundo caído hasta la
consumación de la redención del mundo.
4.
El pacto Abrahamico: En este pacto
Dios garantizó la justificación y la
herencia eterna para el linaje de la fe, y estableció el requisito
fundamental para que un individuo sea
reconocido como uno de su pueblo.
5. El pacto Antiguo. En este pacto
Dios establece de manera amplia las exigencias para los que han de ser
tenidos como verdaderos ciudadanos de su reino y las normas que han de
regir el pueblo de su reino, en lo civil y en lo litúrgico.
6.
El pacto Davídico: Con este pacto
Dios garantiza la restauración, la realización y perpetuidad de su reino
bajo el régimen de un rey justo en una patria glorificada.
7.
El Nuevo pacto: En este
pacto Dios garantiza la restauración definitiva y absoluta del pueblo que
heredará, su reino en la patria glorificada.
A. DISTINTIVOS DE LOS PACTOS
1.
Todos los pactos de Dios son actos
soberanos
Son decisiones libres de Dios. Él es quien determina los
términos que los rigen. Son propios del consejo divino. No son resultado de
una negociación con alguna de sus criaturas. En los pactos Dios no les pide
a los hombres que opinen de qué manera quieren entrar en relación con él, ni
siquiera les pide que entren en pacto con él; simplemente los pone bajo su
pacto. Los pactos realmente son decretos Divinos a los que Dios sujeta a los hombres; pero no
son decretos en perjuicio de los hombres sino a favor de los hombres. Es
Dios quien decide entrar en pacto con los hombres no lo contrario. Y es Dios
quien decidió con quien entrar en pecto de que manera.
2.
Todos los pactos son relacionales
En cada pacto Dios establece una
relación particular bajo ciertas condiciones con quienes él entra en pacto. Las
relaciones de Dios con los hombres están sujetas a estos pactos de alguna
manera. Con frecuencia se hace
referencia a los pactos para recordar sus términos y enfatizar la importancia que estos tienen en la relación de Dios con su
pueblo. Estar excluido de un pacto significa quedar excluido de la gracia en cierto sentido, sin garantía alguna de las bendiciones de
Dios y expuesto al juicio de Dios.
3.
Todos los pactos están diseñados
para y a favor de quienes son puestos
bajo el.
Los pactos de Dios contienen ordenanzas y promesas específicas para el
bienestar de los que son puestos bajo ellos. Esas ordenanzas o mandamientos constituyen
directrices divinas que guían a los hombres aun bienestar superior, e indican lo que Dios espera que hagan las
personas favorecidas por el pacto, como evidencia de fe en él. Las
promesas garantizan bendiciones que los
incluidos en el pacto pueden esperar y gozar en plenitud.
4.
Todos los pactos de Dios por naturaleza son de gracia
Nunca hombre alguno ha tenido algo que ofrecerle a
Dios si no lo ha recibido primero de él. Antes del sexto día de la
creación el hombre no era nada ni tenía nada. El Sexto día Dios lo hizo a
su imagen y mediante un pacto puso en sus manos todo lo que había creado sobre
la tierra y lo estableció como su mayordomo. Los pactos de Dios son actos
benevolentes de Dios a favor de los hombres aun después de la caída. En
cada pacto es bien claro que Dios está procurando el bienestar de los
hombres aunque ellos no lo estén
buscando, ni lo merezcan. Los pactos de
Dios son actos solemnes por medio
de los cuales Él ha entrado en amistad con los hombres para ofrecerles su favor
por pura gracia.
5.
Los términos de los pactos tienen
la garantía de cumplimiento infalible
Por lo general los pactos eran
sellados con juramento o promesa dejando una señal que sirviera de memorial del
pacto. Dios se compromete o se obliga a sí mismo
a cumplir lo que promete en sus pactos. Heb. 6:13-15. Al estudiarlos se puede ver la fidelidad de
Dios en el cumplimiento de lo prometido en ellos. Es más las principales promesas de los
primeros pactos, son aseguradas y cumplidas en los pactos subsiguientes.
Estas cinco marcas son comunes a
los pactos en los que Dios ha enmarcado
el desarrollo de sus propósitos y la historia de la humanidad. En cualquiera de
los pactos mencionados en la biblia encontraremos estas cinco características.
B. IMPORTANCIA DE ESTOS PACTOS
1.
Los pactos marcan los grandes
periodos de revelación.
Dios no dio revelación especial en
un solo evento; ni tampoco de manera constante. Dios entregó revelación
especial en periodos marcados por grandes eventos que han tenido como eje
central un pacto. Ejemplo:
La forma como debía ser desarrollada y organizada
la sociedad humana y administrada la creación en la tierra fue revelada en el
pacto de Dios con Adán. La
revelación del desarrollo de la historia fue revelada en conexión con el pacto
de redención y de gracia. La revelación
del prolongamiento de la humanidad para el cumplimiento de la promesa redentora
fue dada en conexión con el pacto de
Dios con Noé. La revelación
de la justificación por la fe, y la herencia eterna fue dada en relación con el pacto de Dios con
Abraham. Cada pacto dispensa algo nuevo de la gracia sustentadora y redentora.
2.
Los pactos marcan y explican los
grandes periodos de la historia y de la redención.
Después de la caída, cada pacto en
algún sentido es un acto redentor: Asegura y contribuye al cumplimiento
definitivo de la promesa. Cada pacto trae nuevas promesas y bendiciones para el pueblo
de Dios. En el pacto
de Dios con Noé es redimida una familia, que a su vez es la salvación de la
raza humana. En el pacto
con Abraham es salvo un individuo del paganismo, y garantizada la herencia
eterna por la justificación que es por la fe, mediante la simiente a quien fue
hecha la promesa. Gal.3:14-19. En
el pacto con Israel en Sinaí, es salvo un pueblo de la esclavitud de un
gobernante tirano y se entrega al pueblo en forma tipológica las implicaciones
legales y ceremoniales de la obra redentora más importante; la obra de Cristo.
Heb.9:1-28. En el pacto
con David el pueblo es puesto bajo la protección de un rey que lo guiaría y
protegería de sus enemigo conforme el corazón de Dios. En el nuevo pacto el pueblo de Dios es redimido de la
esclavitud del pecado, del dominio del Diablo y del juicio condenatorio de la
justicia del cielo, por el pecado, y además le es heredado el universo
santificado. Ro.8:1-39; 2.P.3:13; Ap.21:1-4.
3.
Los pactos nos ayudan a comprender
el carácter progresivo de la revelación de Dios y el plan redentor.
La redención fue diseñada en la
eternidad por un solo acto de la voluntad de Dios; pero fue diseñada para ser
realizada y revelada de manera progresiva, en varios actos a través de la historia de la humanidad, en un contexto
cultural generado por un mundo caído. Estudiar los pactos es como ir
desde El huerto del Edén a través de la biblia y de la historia hasta la gloria
celestial en el paraíso eterno en el mundo redimido. Conocer la doctrina
bíblica de los pactos también es como contemplar el paisaje de la historia
desde lo alto, desde al cielo mismo.
4.
Los pactos nos permiten comprender
la centralidad de Cristo en la biblia y la historia
Cristo mismo dijo que desde los
libros escritos por Moisés toda la Escritura habla de él. Lc.24: 27. Cristo es el eje de la historia y el tema central de
la biblia, porque todo fue creado por él y para él. Dios hizo el pacto de
redención con Cristo. Él es la simiente redentora (Gal. 3:16) a quien
fue hecha la promesa a la que están sujetos
los pactos.Ef.2:12; Gal.3:19. Cada pacto está revelando algo del
carácter de Cristo y de su obra de
Gracia. Cada pacto está representado por un siervo justo a quien es unida
la comunidad o pueblo favorecido por el pacto que representa ese siervo justo.
Los elementos usados en los pactos también tipifican algo de la persona o la
obra de Cristo.
5.
Los pactos constituyen las actas
del patrimonio del pueblo de los creyentes.
Los pactos tienen su raíz en la
promesa redentora, pero cada pacto es un contenedor de grandes promesas; y esas
promesas son paquetes llenos de bendiciones de todo tipo. Esos paquetes de bendiciones
incluyen grandes bendiciones espirituales. Estas bendiciones espirituales
son herencia exclusiva de los que por la
fe son unidos a Cristo. Ef. 2:12,13. Rom.4:12:13,14. Desconocer la doctrina
bíblica de los pactos es desconocer las actas de nuestra herencia eterna.
Estudiar esa doctrina es conocer quién
nos ha hecho herederos, y de qué nos ha
hecho herederos. En otras palabras estudiar
la doctrina de los pactos es estudiar el evangelio mismo, porque los pactos son
evangelio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario