lunes, 2 de diciembre de 2013

INTRODUCCION


INTRODUCCION

¿Qué son los pactos?

Son eventos solemnes mediante los cuales Dios  determina sus relaciones con los hombres y el desarrollo de la historia. Desde el principio todas las relaciones de Dios  con el hombre fueron puestas bajo pacto,  y ninguna relación de Dios con el hombre está fuera  de los pactos de Dios. Se puede afirmar que los pactos de Dios  son decretos  que  establecen las condiciones en o bajo las cuales sus criaturas, en especial el hombre, ha de vivir en relación con Dios. El estudio de los pactos es el estudio de la relación de Dios con los hombres. La Biblia nos habla de siete pactos en los cuales Dios enmarco sus relaciones con los hombres y el desarrollo de la historia.  Estos pactos son:

1.   El pacto Adámico. En este pacto Dios delega la mayordomía de la tierra al hombre y determina las condiciones bajo las cuales ha de ejercer esa mayordomía.

 

2.   El Pacto de Redención. Este pacto es la determinación de Dios  de salvar a un remanente del género humano. En  él Dios determina las condiciones bajo las cuales la salvación ha de ser realizada. Este pacto está conformado por el pacto de mediación o mesianico y el pacto de gracia. De este pacto se derivan los cinco siguientes pactos:

 

3.   El pato Noetico: En este pacto Dios garantiza la subsistencia del mundo caído hasta la consumación de la redención del mundo.

 

4.   El pacto  Abrahamico: En este pacto Dios  garantizó la justificación y la herencia eterna para el linaje de la fe, y estableció el requisito fundamental para que un individuo sea  reconocido como uno de su pueblo.   

 

5.   El pacto  Antiguo. En este pacto Dios establece de manera amplia las exigencias para los que han de ser tenidos como verdaderos ciudadanos de su reino y las normas que han de regir el pueblo de su reino, en lo civil y en lo litúrgico.

 

6.   El pacto Davídico: Con este pacto Dios garantiza la restauración, la realización y perpetuidad de su reino bajo el régimen de un rey justo en una patria glorificada.

 

7.   El Nuevo pacto: En este pacto Dios garantiza la restauración definitiva y absoluta del pueblo que heredará, su reino en la patria glorificada.

 

A.  DISTINTIVOS DE LOS PACTOS

1.   Todos los pactos de Dios son actos soberanos

Son decisiones libres de Dios. Él es quien determina los términos que los rigen. Son propios del consejo divino. No son resultado de una negociación con alguna de sus criaturas. En los pactos Dios no les pide a los hombres que opinen de qué manera quieren entrar en relación con él, ni siquiera les pide que entren en pacto con él; simplemente los pone bajo su pacto. Los pactos realmente son decretos Divinos  a los que Dios sujeta a los hombres; pero no son decretos en perjuicio de los hombres sino a favor de los hombres. Es Dios quien decide entrar en pacto con los hombres no lo contrario. Y es Dios quien decidió con quien entrar en pecto de que manera.

 

2.   Todos los pactos son relacionales

En cada pacto Dios establece una relación particular bajo ciertas condiciones con quienes él entra en pacto. Las relaciones de Dios con los hombres están sujetas a estos pactos de alguna manera. Con frecuencia  se hace referencia a los pactos para recordar sus términos y  enfatizar la importancia que  estos tienen en la relación de Dios con su pueblo. Estar excluido de un pacto significa quedar excluido  de la gracia en cierto sentido,  sin garantía alguna de las bendiciones de Dios y expuesto al juicio de Dios.

3.   Todos los pactos están diseñados para  y a favor de quienes son puestos bajo el.

 Los pactos de Dios contienen  ordenanzas y promesas específicas para el bienestar de los que son puestos bajo ellos. Esas  ordenanzas o mandamientos constituyen directrices divinas que guían a los hombres aun bienestar superior, e  indican lo que Dios espera que hagan las personas favorecidas por el pacto, como evidencia de fe en él. Las promesas garantizan  bendiciones que los incluidos en el pacto pueden esperar y gozar en plenitud.

4.   Todos los pactos  de Dios por naturaleza son de gracia

Nunca  hombre alguno ha tenido algo que ofrecerle a Dios  si no lo ha recibido primero de él. Antes del sexto día de la creación el hombre no era nada ni tenía nada. El Sexto día Dios lo hizo a su imagen y mediante un pacto puso en sus manos todo lo que había creado sobre la tierra y lo estableció como su mayordomo. Los pactos de Dios son actos benevolentes de Dios a favor de los hombres aun después de la caída. En cada pacto es bien claro que Dios está procurando el bienestar de los hombres  aunque ellos no lo estén buscando, ni lo merezcan. Los pactos de  Dios  son actos solemnes por medio de los cuales Él ha entrado en amistad con los hombres para ofrecerles su favor por pura gracia.

5.   Los términos de los pactos tienen la garantía de cumplimiento infalible

Por lo general los pactos eran sellados con juramento o promesa dejando una señal que sirviera de memorial del pacto.  Dios se compromete o se obliga a sí mismo a cumplir lo que promete en sus pactos. Heb. 6:13-15.  Al estudiarlos se puede ver la fidelidad de Dios en el cumplimiento de lo prometido en ellos.  Es más las principales promesas de los primeros pactos, son aseguradas y cumplidas en los pactos subsiguientes.   

Estas cinco marcas son comunes a los  pactos en los que Dios ha enmarcado el desarrollo de sus propósitos y la historia de la humanidad. En cualquiera de los pactos mencionados en la biblia encontraremos estas cinco características.

B.  IMPORTANCIA DE ESTOS PACTOS

1.   Los pactos marcan los grandes periodos de revelación.

Dios no dio revelación especial en un solo evento; ni tampoco de manera constante. Dios entregó revelación especial en periodos marcados por grandes eventos que han tenido como eje central un pacto. Ejemplo:

  La  forma como debía ser desarrollada y organizada la sociedad humana y administrada la creación en la tierra fue revelada en el pacto de Dios con Adán. La revelación del desarrollo de la historia fue revelada en conexión con el pacto de redención y de gracia. La revelación del prolongamiento de la humanidad para el cumplimiento de la promesa redentora fue dada en conexión con el pacto  de Dios con Noé. La revelación de la justificación por la fe, y la herencia eterna  fue dada en relación con el pacto de Dios con Abraham. Cada pacto dispensa algo nuevo de la gracia sustentadora y redentora.

2.   Los pactos marcan y explican los grandes periodos de la historia  y de la redención.

Después de la caída, cada pacto en algún sentido es un acto redentor: Asegura y contribuye al cumplimiento definitivo de la promesa. Cada pacto trae nuevas promesas y bendiciones para el pueblo de Dios. En el pacto de Dios con Noé es redimida una familia, que a su vez es la salvación de la raza humana. En el pacto con Abraham es salvo un individuo del paganismo, y garantizada la herencia eterna por la justificación que es por la fe, mediante la simiente a quien fue hecha la promesa. Gal.3:14-19. En el pacto con Israel en Sinaí, es salvo un pueblo de la esclavitud de un gobernante tirano y se entrega al pueblo en forma tipológica las implicaciones legales y ceremoniales de la obra redentora más importante; la obra de Cristo. Heb.9:1-28. En el pacto con David el pueblo es puesto bajo la protección de un rey que lo guiaría y protegería de sus enemigo conforme el corazón de Dios. En el nuevo pacto el pueblo de Dios es redimido de la esclavitud del pecado, del dominio del Diablo y del juicio condenatorio de la justicia del cielo, por el pecado, y además le es heredado el universo santificado. Ro.8:1-39; 2.P.3:13; Ap.21:1-4.

3.   Los pactos nos ayudan a comprender el carácter progresivo de la revelación de Dios y el plan redentor.

La redención fue diseñada en la eternidad por un solo acto de la voluntad de Dios; pero fue diseñada para ser realizada y revelada de manera progresiva, en varios actos a través de  la historia de la humanidad, en un contexto cultural generado por un mundo caído. Estudiar los pactos es como ir desde El huerto del Edén a través de la biblia y de la historia hasta la gloria celestial en el paraíso eterno en el mundo redimido. Conocer la doctrina bíblica de los pactos también es como contemplar el paisaje de la historia desde lo alto, desde al cielo mismo.

4.   Los pactos nos permiten comprender la centralidad de Cristo en la biblia y la historia

Cristo mismo dijo que desde los libros escritos por Moisés toda la Escritura habla de él. Lc.24: 27. Cristo  es el eje de la historia y el tema central de la biblia, porque todo fue creado por él y para él. Dios hizo el pacto de redención con Cristo. Él es la simiente redentora (Gal. 3:16) a quien fue hecha la promesa a la que están sujetos  los pactos.Ef.2:12; Gal.3:19. Cada pacto está revelando algo del carácter de Cristo y de  su obra de Gracia. Cada pacto está representado por un siervo justo a quien es unida la comunidad o pueblo favorecido por el pacto que representa ese siervo justo. Los elementos usados en los pactos también tipifican algo de la persona o la obra de Cristo.

5.   Los pactos constituyen las actas del patrimonio del pueblo de los creyentes.

Los pactos tienen su raíz en la promesa redentora, pero cada pacto es un contenedor de grandes promesas; y esas promesas son paquetes llenos de bendiciones de todo tipo. Esos paquetes de bendiciones incluyen grandes bendiciones espirituales. Estas bendiciones espirituales son  herencia exclusiva de los que por la fe son unidos a Cristo. Ef. 2:12,13. Rom.4:12:13,14. Desconocer la doctrina bíblica de los pactos es desconocer las actas de nuestra herencia eterna. Estudiar  esa doctrina es conocer quién nos ha hecho herederos, y  de qué nos ha hecho herederos.  En otras palabras estudiar la doctrina de los pactos es estudiar el evangelio mismo, porque los pactos son evangelio.

 

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